martes, 26 de abril de 2016

ODIO, AGRESIVIDAD Y MALTRATO DE PAREJA EN TRASTORNO BORDERLINE DE LA PERSONALIDAD



ODIO, AGRESIVIDAD  Y MALTRATO DE PAREJA EN TRASTORNO BORDERLINE DE LA PERSONALIDAD
Introducción.
Existe una correlación alta entre trastornos graves de personalidad y la exposición temprana a la violencia o al abuso físico, sexual y psicológico. Experiencias traumáticas que luego pueden re-editarse en la vida adulta debido a la compulsión a la repetición o la pulsión de muerte en un intento a veces dramático, de re-elaborar, volver a rumiar o digerir lo que fue vivido como agresivo o violento.
Objetivos y metodología
A través de un caso de patología borderline en una paciente femenina, se describen y ejemplifican situaciones de expresión del odio, la agresividad y el maltrato de pareja y familiar.
El caso
Es una paciente femenina de 34 años de edad, con formación como auxiliar administrativo y poliglota del inglés, francés, italiano, además del castellano. Soltera, diagnosticada de trastorno borderline, trastorno depresivo mayor, anorexia nerviosa, ataques de pánico a lo largo de su edad adulta. Con respecto a las “imagos paternas”, describe al padre al inicio de las entrevistas como una persona con mucha capacidad de superación pero rígida y poco permisiva con la paciente, luego, en el transcurso de las sesiones el padre le habría infringido malos tratos aún después de la mayoría de edad, aunque sólo recuerda los ocurrido después de los 18 años. La madre es una figura carente de empatía y comprensión hacia la paciente, obsesionada con el orden y la limpieza y en actitud de víctima con respecto a la paciente, acusándola de desconsiderada y poco o nada colaboradora e incomprensible consiguiendo con ello que las hermanas mayores de la paciente la acusen y critiquen con facilidad. Consumió drogas durante la segunda decena Tenía una pareja que le maltrataba cuando convivían juntos hasta el punto de golpearle la cabeza contra el suelo y la pared y patearla, siempre le criticaba e insultaba cuando salían de vacaciones o paseo, aún delante de las hijas de su matrimonio anterior, la humillaba públicamente y le recordaba que le era infiel con diferentes mujeres, jactándose delante de ella de sus habilidades como conquistador. En ocasiones acababa la relación y luego volvía con ella dado los ruegos de la paciente y entonces planeaba con ella construir un hogar nuevo. Cuando la pareja la dejaba o terminaba la relación, sus padres o hermanas le negaban ayuda, la paciente se alejaba en su coche hacia la montaña y se cortaba las muñecas y auto-agredía, para asistir a las sesiones con escaso discurso verbal, retraída,  bloqueada. En ocasiones acusaba a otros de maltrato psicológico o de incumplimiento de sus obligaciones laborales o profesionales al menor fallo, incluyendo a la psicoterapeuta, llegando inclusive a denunciarlos ante sus superiores. Se mantenía aislada y alejada de sus hermanas y demás parientes porque percibía que la trataban y acusaban siempre injustamente y de manera incomprensible por parte de la paciente.
Discusión
El od es un afecto nuclear de la agresión la cual es una pulsión básica del ser humana y puede ser expresada primitivamente como cólera y luego de forma más evolucionada como llanto o inclusive tristeza. Por su parte la envidia es un afecto estructurado del odio. Luego las patologías graves se puede encontrar que en sus relaciones objetales tempranas, cuando el sujeto se encuentre expuesto a maltratos y abusos físicos, sexuales y o psicológicos, pueden favorecer y activar afectos de tipo agresivo, presentándose con mayor frecuencia sobre los libidinales o amorosos. Cuando el odio es tan intenso entonces el sujeto puede tender a transformarlo en acciones o acting-out, también el odio y la envidia pueden interiorizarse y generar conductas de auto-mutilación y auto-destrucción muy comunes en pacientes con trastornos borderline de la personalidad.
Las experiencias traumáticas provocadas por la violencia o la negligencia del ambiente, pueden llevar a internalizar objetos violentos y perturbados y convertirse recipientes o pantallas apropiadas para proyectar la destructividad del individuo. También, los tratos y heridas sentidas como injustas por un paciente, generan resentimiento y deseos de venganza y la demanda de que se haga justicia puede alimentar un odio insaciable difícil de contener que unido a la envidia puede favorecer la destrucción total del objeto.
   M. Klein dice que en la relación madre-bebé, la frustración del lactante por la espera del pecho o el alimento puede ser interpretado por el infante como  si el pecho se negara a darse lo cual puede conducirle a proyectar su agresividad sobre el pecho, esta agresión puede transformarse en deseos codiciosos de incorporar el pecho que lo frustra, construyéndose el odio hacia el pecho y las imagos fantaseadas sobre el mismo pueden destruirse, denigrarse y atacarse en la fantasía del bebé.
Conclusión
La agresividad y el odio difíciles de contener y reactivados por experiencias traumáticas tempranas o en la adultez pueden favorecer la presencia de conductas auto-destructivas, auto-mutiladoras, así como deseos de venganza y destrucción hacia otros en quienes se proyecta la violencia y el odio sentidos y recibidos en pacientes con patología borderline.

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